Gusiluz ha dejado de dar señales de vida. Tampoco da señales de luz. Su apartamento sigue a oscuras. Las persianas en la misma línea de apertura. No hay movimiento. Tampoco contesta a los mails. Eso me cuenta mi hermana. Yo no estoy en absoluto preocupada. Ciertamente no es normal que una persona se despida de otra y diga “Nos vemos mañana”, y de pronto nunca más se sepa. Bueno, normal no significa que sea imposible. Hay personas que desaparecen. Como aquel que fue a comprar tabaco, y dicen, nunca volvió. Yo no llegué a conocerle. No se si es un rumor popular o alguien que realmente desapareció. Pero volvamos al caso. El gusiluz de mi hermana no aparece.
Yo la digo que se ha quitado un peso de encima. Y de debajo.
Vivía en una planta inferior a la suya. Y digo vivía porque desde hace semanas cuelga un cartel de “Se alquila”.
No hubo despedida. No hubo un "fue bonito lo nuestro". "O feo". Y entonces llegamos a la conclusión que le han abducido los extraterrestres. A veces pasa. Y no sólo en las películas. Esas que según mi padre las siguen haciendo como quieren. Este personaje era singular. Veremos si los extraterrestres no contactan con mi hermana para devolverle a tierra. Porque no saben el tipo de gusiluz que han abducido. Yo ya lo intuía. Y mi sobrina Cocó también.
Anda y que le den.
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