martes, 11 de marzo de 2014

Cena y copas sin revolcón

“Querida Silvia,

Aquí va el resumen- informe de la cena de la panda anoche.
La hora del encuentro fue de entre las 21:30 a las 22:00 hrs. “A” y yo llegamos sobre las 22:15 ( ya sabes que yo necesito bastante tiempo para ir bien peinada), y ya estaban allí todos los miembros dándole a las primeras cervezas, así como los “amigos invitados”. Te adelanto que Eva y Jesús existen y asistieron. Los detalles vienen luego.
El plan, como recordarás, era el siguiente: Cenar en Velate y las copas y la fiesta en el mismo local, aunque comprando la bebida. Ya sabes, una especie de botellón en local cerrado para mayores de treinta y tantos.

CV, Alfredo y Antonio habían quedado a media tarde para comprar las bebidas. La primera idea fue Makro, para comprar alcohol a granel. Después, y dejando a un lado las influencias andaluzas, ya sabes los exagerados que son, acordaron que mejor en un supermercado del barrio, y finalmente lo terminaron comprando en El Corte Inglés a las nueve y pico de la noche. Un poco más y van al chino frente al Velate, para ahorrarse el esfuerzo del transporte.
La primera anécdota fue cuando antes de entrar al restaurante, “A” y yo vimos la moto de Antonio aparcada en la puerta con una bolsa del Corte Inglés colgando, repleta de refrescos y alcohol. Y es que Antoñito, con la emoción de conocer a Eva, se había olvidado el paquete. Y eso que parecía un chico centrado. Lo que están haciendo las malas influencias de la panda!!.

Tras los saludos, besos y presentaciones pasamos a la mesa. Enumeraré que fuimos Alfredo y Viviana, CV, el Becario, Antonio, Eva, el hermano de ésta y su mujer, Jesús, Miguel, Irene, Pedrito, “A” y yo.

Para facilitar la conversación, invitamos a Eva a sentarse al lado de Antonio y frente a CV. Fundamentalmente para que ella se sintieses bien acompañada y para que Antonio algún día reconozca el favor y nos los pague con una exhibición de su “chocolatina”. No?

Las raciones empezaron a poblar la mesa, presidida en uno de los extremos por Alfredo y en el otro por Miguel.
Se que estás impaciente por saber más detalles de los “amigos oferta” así que paso a explicarte. Eva, ciertamente es alta, aunque tampoco llega al cielo, delgada, media melena de pelo oscuro. Vestía pantalón pitillo azul, zapato negro con poco tacón y camisa estampada en tonos marinos y media manga. Educada, cordial, simpática, sonriente. Tampoco es que estuviese toda la noche hablando con ella, pero considero que encajó bien. Incluso hizo de Dj. Y es que la música de Antonio dejaba bastante que desear. Un bodrio en palabras de “A”. Eva vino con carabina, su hermano, quien no estuvo muy al quite cuando Antonio la pidió el número de teléfono para una próxima cita a solas.
Jesús, de él te contaré en informe privado, pero te avanzo que no era del tipo que esperábamos.

Las conversaciones fueron fluyendo sobre la marcha. Así nos enteramos que CV tiene un apartamento muy ordenadito. Según Alfredo y Antonio que pasaron la tarde merendando en su casa, es muy meticuloso y algo maniático con la limpieza. Las malas lenguas rumorean que allí además de merienda hubo conversaciones y acuerdos. Antonio anunció que próximamente tendrá nueva casa y que la inauguraremos con una sucesión de barbacoas en su estupenda terraza. Puntualizó que nos recibiría a todos con el pantalón que más nos gusta y que había pensado en ponérselo para sorprendernos, pero al final de decantó por un vaquero menos prieto, para evitar comparaciones. Viviana con unos coloretes muy simpáticos a causa del buen vino, explicó gesticulando lo que es “carne en barra”. Alfredo y “A”, como siempre, se enseñaron los calzoncillos y comentaron entre ellos.

Tras los postres, Alfredo pidió permiso para comerse uno de sus soñados “canutillos de crema” sin compartir, un pastel de chocolate y algunos dulces más. Después, empezamos con las copas y la música.

Antonio, quien había prometido tener música buena para bailar, nos puso la que él escucha para dibujar, así que con eso puedes imaginarte. Es más, retiro lo dicho respecto a la música que pinchó Pedrito la anterior vez. Y aunque la música era mala y los espontáneos Dj sólo nos dejaban escuchar los primeros compases, nos reímos, movimos las caderas y pasamos unas horas muy divertidas.

A destacar: El becario, sigue con el mismo número de puntos, así que no supera su candidatura para dejar de llevar ese nombre. Tuvo su mérito que se quedase hasta el final. Es más, bailamos él y yo un agarrado muy agarrado. Una tercera pierna surgió entre nosotros. Pero perdió los puntos ganados cuando dijo que veía arte en las corridas de toros. Este chico necesita un curso de formación para acceder a nuestra panda, además de unas clases de baile. Jesús, perdió puntos en su conversación. Tiene unos hobbies nada interesantes. El abuso de la cirugía plástica le afectó al cerebro. Antonio, no dejaba de tirar las copas al suelo así como dar besos y abrazos a “A” ( la suerte de la fea….). Irene, nos cantó a capela una canción que todos tarareamos entusiasmados, y que fue mejor que la música de toda la noche.

Con todo esto nos dieron las siete de la mañana. Momento en que decidimos finalizar e irnos a tomar un café – chocolate con porras en un bar al lado.

Imagino que algún detalle habré olvidado, pero así dejo temas para la conversación de esta noche en el parque “.

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